lunes, 21 de octubre de 2013

Inicio de Semana Aniversaria del Grupo Escolar Br: Rafael González udis.. 63° Aniversario

Quisiera empezar este escrito tomando ideas plasmadas de Alberto Hernández, un estudiante que describe muy bien esos inicios del Grupo Escolar y El el narra así: Corría, casi a gatas, la década de los años 60. Mientras en La Pascua se oían lo tiros de lejos, aquellos que protagonizaba uno de los grandes equívocos de nuestra historia cercana, en nuestra comarca se agitaba una generación que aún sigue activa, que recupera a diario la memoria y revuelve en los cajones las voces de personajes idos, casi olvidados por una mayoría dedicada a otros menesteres. Y afirmo casi a gatas porque la edad no nos daba para entender la lentitud de nuestro tiempo. Una noticia dolorosa fue la muerte de aquel paisano militar, hijo del editor del periódico Candela, evento que escandalizó y afectó al pueblo. Pero La Pascua era una suerte de remanso, de abrevadero de sueños y detalles que el futuro se encargaría de colocar en su sitio. Los que estudiamos primaria en el Grupo Escolar “Rafael González Udis” no podemos olvidar al director González Contreras, hijo del mencionado como epónimo de aquella extraordinaria aventura entre la Plaza Bolívar y la Laguna del Rosario. No podríamos echar a un lado la longitud de esa casa donde todos éramos familia, donde nos conocíamos, jugábamos y peleábamos, pero vivíamos para remarcar aquello de que “pueblo chiquito, infierno grande”. Digamos que la felicidad siempre estuvo allí, pese a que veces la ignorábamos. Maestros, maestras Comenzaba la democracia. Era el año 1959. Todavía olía a pólvora, la de enero del 58. La Pascua también tuvo sus ajetreos para salir del dictador. Entonces apareció el nombre de Wolfgang Larrazábal, un marino de porte peliculero y tocador de cuatro. No sabíamos, tripones nosotros, como solía decir el poeta Palomares, qué acontecía en el país, porque para nosotros había un solo país, un país de lagunas, topochales, trompos, metras, papagayos, fusilados, ladrones y policías y los cines Tropical, Manapire, Morichal, Paraíso, entre otras alegrías que venían en las películas mexicanas, en Tarzán, Memín Pengüín, entre tantas imagénes en pantalla y en los suplementos que intercambiábamos. Ese era el país que teníamos a la mano. Lo demás no existía. La televisión era un lujo muy distante, hasta que llegó en un canal que se veía clarito, Teletrece de Valencia. RCTV y Venevisión se veían, pero con muchas rayas. En esa atmósfera respiraban con nosotros los maestros y maestras de escuela, los del Grupo Escolar “Rafael González Udis”. Un poco antes de ingresar a esa escuelota, porque era inmensa a nuestros ojos de chamos, los hijos de muchos que vivíamos en la González Padrón con La Mascota, fuimos admitidos en las escuelitas de patio de las doñas Ana. Una de ellas tenía unas maticas que daban sombra frente al negocio de Benigno Aray. Allí nos dieron las primeras letras a punta de coscorrones y regaños. Después ingresamos a la escuelita de doña Ana de Calderón, a pocos metros del Cine Tropical por la vieja y recordada avenida Táchira, más arriba, hacia el cerro del Hospital, de la bodega de don Pío Oropeza. Las primeras letras nos entraron con sangre, mocos y lágrimas, porque la señora Calderón fue la primera –duramos pocos días con ella- castradora de aptitudes. Nos pegaba con una regla que no era regla sino una tabla, nos halaba el lugar donde iban a nacer las patillas. Pero nada, aprendimos algo bueno, tenía los ojos bonitos pese a su comportamiento con nosotros. Por allí comenzó nuestra futura universidad. Meses después, uniformados y con los zapatos pulidos, entramos al “González Udis”. No cabíamos en la felicidad. Muchos de mis vecinos eran nuestros condiscípulos: los Martínez, los Sotillo, los Lazaballet, los Higuera, los Moncada, los Loreto, los Machado. Son tantos que se han perdido en un cuaderno de rayas. Mi maestra de primer grado fue Ana González, una mujer dulce y amiga de mi papá porque había sido maestra de él, quizás bajo una mata. Con ella aprendimos a leer. En segundo grado nos recibió la dulce y bonita prima Josefina Hernández. En tercero, Constanza Zaa. En cuarto Josefina Mercedes de Moreno (quien casi me mete a cura). En quinto y sexto grados estudiamos con los maestros Salvador González, Ricardo Hurtado, Rafael Vidal Guía y Juvenal Bolívar, con quienes aprendimos tantas cosas, como hacer un periscopio, por ejemplo. Un breve paréntesis nos llevó al Colegio “Juan Germán Roscio”, donde nos dio clases –en cuarto grado- el maestro Aníbal Matute. En ese pequeño salón de la Casa Parroquial (que me apunte mi amigo Nicolás Soto, quien era mi vecino de pupitre) trabajaban otros docentes, entre ellos Manuel Maluenga. Lamentablemente, la memoria no me da para mencionar a esos hombres que el padre Chacín convirtió en héroes civiles de nuestro pueblo. Cuan hermoso es poder escribir hoy como estudiante egresada de esta hermosa escuela, que muchas veces le hemos dicho "Nuestro Grupo Escolar", recoger de lo que ya lleva nuestra escuela "63 años” serían innumerables testimonios, anécdotas, experiencias que en sí se traducen en mi memoria en alegría. Y es Alegría pues podría decir más fueron los momentos agradables que pase en mi querido Grupo Escolar. Es poder Evocar como mi papá, ya fallecido hace 22 años, fuese el estudiante que realizó su primera exposición de cuadros al óleo en los pasillos de esta institución...El popular Ormes, como así se dio a conocer, oír nombres de Maestras y maestros que dejaron su legado en esas paredes, particularmente me detendría a mencionar: Carmen de toro, Maribel Bolívar, lesbia de Bonilla, Elpidio Barrades, Joel Camero, Vidal Guía, Gabriela de Sarmiento, Clotide Farías, Lisandro Suaréz, Yoli sequera, Marielena Martinez, carmen, Dilia y por supuesto a aquellas que con solo decir su nombre era un repicar de campanas acompañado del singular LA Maestra: Juanita, Haidee, Tomasa..y a mi muy recordada Marlene. Hay muchos nombres de excelentes docentes que se me pudieran escapar pero que dejaron un legado en mi corazón, en mi formación, en mi crecimiento a tomar el rumbo de tambien unirme a las filas de los que hoy laboramos en Nuestro amado Grupo Escolar Hoy como profesional de la docencia he dejado este aparte para mencionar al Maestro que vimos con su singular vestimenta: guayabera blanca y pantalón de vestir marfil o marrón, dirigirse a su lugar de trabajo desde su casa a las 6 de la mañana hasta el grupo escolar y salir de ahí tan solo al marcar el reloj a las 6 de la tarde, preparar todos los días el mañanero café y compartirlo con todos sus colegas. Oír aquella voz tan fuerte y sentarse muchas veces a escuchar historias, anécdotas, chistes, sugerencias...y por que no el "MIRE, ESO NO ES ASÏ" Sabran al leer que me estoy refiriendo a mi querido Maestro, vecino, y Jefe: JUVENAL BOLIVAR GONZÁLEZ. Más de 50 años dedicados a la formación, a la educación. Un hombre que se negó siempre a recibir una distinción llámese: reconocimiento, placa, diploma, orden, botón, medalla,,etc...Un hombre sencillo, amable, comprensivo, y fuerte cuando lo debía de ser. Hablar del Grupo Escolar: Rafael González Udis ayer, hoy y siempre encierra el tener que hablar también del "maestro" el cual el mismo dice: JUVENAL BOLIVAR GONZALEZ, pues quienes le conocen saben que nunca le gustó oír o leer su nombre escrito o pronunciado sin sus dos apellidos. Este espacio queda corto para hablar de JUVENAL BOLIVAR GONZALEZ,es por ello que solo doy pinceladas de El. Muchos hombres y mujeres han pasado por las aulas de esta escuela, en las manos de maestras y maestras que dieron su juventud para ello, impregnados de amor: los recordados y los olvidados, pero al fin de cuenta construyeron nuestra emocionalidad, Vertebraron nuestros deseos de continuar estudiando, de ingresar a la universidad... a mí, en partícular me tocó egresar en los 30 años que cumplía el grupo escolar , allá por el año 1980. El resto forma parte de ese hermoso recuerdo que nos legó el “González Udis”. Sirvan estas breves líneas para que celebremos un año más de nuestra institución, ya 63°,,,pero también de uno que marcó, marca y marcará la diferencia y ese es Usted Maestro: JUVENAL BOLIVAR GONZALEZ...mis saludos y respeto. Su estudiante de sexto 1979: Oliveska Alvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario